Imagina que estás en casa, disfrutando de una tarde tranquila, y de repente el piso comienza a temblar y todo empieza a moverse. ¿Qué haces? ¿Te quedas paralizado o sales corriendo? ¡No pierdas la calma! Aquí te damos unos consejos para que sepas cómo actuar en estos momentos de emergencia.
Mantén la serenidad. Esto es fundamental para actuar con claridad.
Identifica un lugar seguro. Busca un refugio. Podría ser el famoso “triángulo de vida” que se forma entre muebles grandes o cerca de columnas.
Evita las ventanas. Y todo aquello que pueda caer sobre ti. Si estás en la calle, aléjate de edificios y postes, si estás en el auto detente en un lugar seguro.
No corras. Correr mientras el sismo ocurre es lo peor que puedes hacer. Recuerda, además, que las escaleras y los ascensores pueden convertirse en trampas mortales.
Espera con calma. Mejor, resguárdate y espera a que todo pase. Solo entonces, verifica tu entorno: ¿hay fugas de gas? ¿Daños estructurales? Corta la electricidad si es necesario y llama a un experto si algo no parece estar bien.
Infórmate. Tener información es clave, así que asegúrate de contar con una radio o tu celular cargado para seguir las indicaciones de las autoridades. Estar informado puede marcar la diferencia entre el caos y la calma.
Planifica. No te olvides del famoso kit de emergencia: agua, alimentos no perecibles, linterna, botiquín y, lo más importante, los documentos de tu seguro. Porque estar preparado significa también tener la tranquilidad de saber que tu hogar está cubierto ante cualquier eventualidad.
Si bien un temblor puede durar solo segundos, las consecuencias pueden ser mucho más largas si no estás preparado. Por eso, no solo te prepares con un kit de emergencia, también protege tu casa con un seguro de hogar para que tengas un respaldo ante daños estructurales o pérdidas materiales.
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