Imagina que estás en casa, relajado, y de repente sientes un dolor en el pecho. Tu mente empieza a dar vueltas: ¿será un infarto? ¿O solo comiste demasiado rápido? La verdad es que el dolor en el pecho es una de las razones más comunes para ir al médico, pero no siempre significa que sea algo grave. Hay muchas otras cosas que pueden estar causando esa molestia. ¡Toma nota!
Causas comunes de dolor en el pecho
- Gases atrapados: sí, un ataque de flatulencia puede parecer un problema del corazón.
- Reflujo gastroesofágico: puede causar ardor en el pecho y confundirse con dolor cardíaco.
- Angina de pecho: se siente similar a un infarto, pero dura menos.
- Infecciones respiratorias: la tos persistente puede inflamar el cartílago entre las costillas y doler.
- Hernia de hiato o úlceras estomacales: pueden dar un dolor torácico engañoso.
- Ansiedad o ataques de pánico: pueden causar dolor en el pecho que se va al calmarse.
Señales de alerta de un infarto
Por el contrario, si notas alguno de estos síntomas, es mejor no arriesgarte: un electrocardiograma puede aclarar las cosas.
- Dolor en la parte alta del abdomen, en el centro del pecho, o que se irradia a la mandíbula o los hombros. Este dolor dura más de 20-30 minutos.
- Sensación de opresión o peso en el pecho.
- No cambia de intensidad con la respiración o al moverte.
- Presentas factores de riesgo como hipertensión, diabetes, tabaquismo o colesterol alto.
Saber diferenciar entre un dolor inofensivo y una emergencia es clave, pero lo mejor es no llegar a ese punto. Los chequeos regulares son la mejor forma de prevenir problemas serios, y aquí es donde un seguro de salud se vuelve esencial. Con él, tendrás acceso a consultas médicas, chequeos preventivos, cobertura en emergencias (como infartos), pruebas diagnósticas, atención especializada en cardiología y más.
¡Porque cuando se trata de tu corazón, es mejor prevenir que lamentar!
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