Es una herramienta fundamental que te brinda protección frente a los imprevistos que pueden surgir en la vida. Frente a situaciones adversas, como robos, accidentes o enfermedades, te ofrece el respaldo necesario para minimizar su impacto en tus finanzas y en tus planes a futuro. En momentos de incertidumbre, contar con un seguro significa tener un apoyo económico que te permita superar esos obstáculos sin comprometer tu estabilidad.

El propósito de un seguro es darte tranquilidad y seguridad, sabiendo que, en caso de emergencia, cuentas con la cobertura necesaria para no ver afectada tu economía.

• Mutualidad. Según este principio, la contribución del total de asegurados sirve para indemnizar a los pocos que sufren en algún momento una pérdida o imprevisto que los afecte.
• Buena fe. Este principio implica que tanto asegurado como aseguradora deben ser transparentes y honestos. El asegurado debe dar toda la información relevante sobre el riesgo y la aseguradora debe cumplir con las condiciones del contrato. Es una relación de confianza mutua.
• Indemnización. El seguro no tiene como objetivo que el asegurado gane dinero, sino que pueda cubrir gastos o recuperar lo perdido. Si la reparación beneficia al asegurado con condiciones superiores a las que tenía antes del siniestro, va contra este principio, pues el seguro no puede ser objeto de lucro.
• Interés asegurable. Solo se puede asegurar algo que realmente te pertenece o que tienes un interés económico legítimo en proteger. Lo que importa en este acuerdo es el interés del asegurado de que el daño no se produzca.

El seguro cumple las siguientes funciones:

• Función Indemnizatoria. La indemnización es la cantidad de dinero que desembolsa la compañía de seguros a favor del asegurado, al producirse un hecho que afecte a la persona o su patrimonio. La obligación de indemnizar puede cumplirse con un pago en efectivo, reparando o reemplazando lo que se dañó, o brindando servicios.
• Función financiera. Se cumple esta función en la medida en que una empresa aseguradora puede administrar eficientemente el dinero que recibe, bajo la forma de primas, hasta el momento que le toque pagar una indemnización.

La póliza es un contrato que define las condiciones con las cuales una aseguradora respalda al asegurado frente a ciertos riesgos, a cambio de un pago. Si ocurre un siniestro (el evento o situación asegurada), se garantiza una indemnización o el valor de la pérdida según lo acordado. La póliza incluye:

• Condiciones generales: tus derechos, deberes y los riesgos cubiertos o excluidos.
• Condiciones particulares: detalles específicos como la persona o el objeto asegurado, la suma, la vigencia y las coberturas adaptadas al caso.

La prima es el costo del seguro y se debe pagar periódicamente, por ejemplo cada mes, para que la póliza se mantenga activa. Por lo general, cubre un año, pero hay opciones como una prima única para seguros de vida o pagos a corto plazo para viajes.

El costo de una póliza variará en función de la probabilidad de ocurrencia de un riesgo. Y en general, se toman en cuenta los siguientes factores:

• Tipo de seguro contratado: salud, vida, vehicular, hogar, etc.
• Características del asegurado o bien asegurado: edad, estado de salud, historial de accidentes, valor del objeto, ubicación, entre otros.
• Cobertura: el alcance y los límites de protección que elijas.
• Duración del seguro: período que cubrirá la póliza.

Si necesitas hacer un reclamo con relación a un seguro, lo primero es contactar directamente con la compañía aseguradora, ya sea por su sitio web, app, o su línea de atención al cliente. Si no recibes una respuesta adecuada, puedes recurrir a la Defensoría del Asegurado (DEFASEG) u otros organismos de protección al consumidor. Para más detalles sobre cómo presentar tu reclamo, ingresa aquí: https://bit.ly/4fM0J2t.