Es 24 de diciembre, la ciudad está llena de luces y villancicos. Saliste tarde del trabajo porque te tocó cerrar un pendiente de último minuto, y aunque te perdiste el inicio de la cena familiar, te consuelas pensando que al menos llegarás para el brindis. Pero justo cuando crees que nada más puede salir mal, tu auto empieza a hacer un ruido raro y se detiene por completo. Te quedas solo, con el frío de la noche, mientras los mensajes de ¡feliz Navidad! llegan sin parar.
Suena como una escena de película, pero a muchos nos puede pasar. La diferencia está en tener o no un seguro vehicular. Con una simple llamada, la asistencia mecánica te saca del apuro: una grúa para llevar tu auto al taller, gasolina si te quedaste con el tanque vacío, cambio de llantas si pincharon o incluso un chofer de reemplazo si lo necesitas.
Y si el problema es más serio, como una reparación prolongada o un robo, tu seguro sigue siendo tu mejor aliado. Dependiendo de tu cobertura, podrás acceder a un vehículo de reemplazo para que nada detenga tu rutina. Además, si tu auto fue robado, tu seguro podrá cubrir total o parcialmente su valor, según lo estipulado en tu póliza.
Contar con un seguro vehicular significa estar respaldado en todo momento. No importa qué tan complicadas se pongan las cosas, siempre habrá una solución al alcance de tu mano. Porque lo importante es volver a casa sin inconvenientes, justo a tiempo para abrazar a los tuyos y brindar por una Navidad feliz.
Tu seguro está para eso, para convertir un mal momento en un simple contratiempo. ¡No dejes que un imprevisto arruine tu noche más especial!
#DimeQueTienesSeguro y deja que el espíritu navideño fluya sin preocupaciones
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